(cincelado por The Bug)
Es el día de hoy un nuevo aniversario del natalicio de Homónimo Segovia, quizás uno de los principales responsables de que el S.P.A.M. se haya fortalecido en tierras latinoamericanas.
Si bien hay sobradas muestras de la participación de nuestro partido en las decisiones del continente desde la época de los grandes incas, no es menos cierto que el movimiento se hizo fuerte cuando se fusionó la corriente localista y las tendencias europeas que trajeron los inmigrantes de principios del siglo pasado.
Homónimo Segovia fue quien mejor supo conjugar las costumbres sajonas con las americanas, siendo ejemplo suficiente la mención de sus famosas tertulias donde los intelectuales de la época se reunían para discutir sobre el futuro del país mientras tomaban el té de las cinco de la tarde acompañados por sendos choripanes con salsa criolla.
A él se debe la primer recopilación de los textos del Manifiesto del partido, que continuaran las siguientes generaciones.
Nacido en Asturias el 9 de junio de 1894, llegó a nuestras tierras durante los primeros meses de 1918.
Tras un corto deambular por el interior del país donde aprendió a apreciar la idiosincracia del pueblerino, se afincó en Buenos Aires para nunca más partir. Sus motivos para esta decisión fue su gran amor por la milonga porteña, la diputación conseguida en las elecciones generales de 1922 y porque según sus propias palabras "el andar en diligencia me hace doler bastante el culo".
Sus grandes legados son las primeras páginas del Manifiesto, dos pares de zapatos charolados con muy poco uso y buena suela, el cardumen descendiente de una vieja del agua que arrojó un día en el Riachuelo y una guía sencilla para acertar las carreras en el hipódromo.
Homónimo Segovia dejó de existir en 1972 y puso el punto final a una página más en la historia del S.P.A.M.
Hoy, a 114 años del día de su nacimiento, no podemos menos que pedir que honremos la memoria de nuestro ilustre precursor.
Cómo supo decir una vez: "no puede sacarse uno la media sin desabrocharse el zapato".
Hip, hip, ¡hurra!
Hip, hip, ¡hurra!
Hip, hip, ¡hurra!
Es el día de hoy un nuevo aniversario del natalicio de Homónimo Segovia, quizás uno de los principales responsables de que el S.P.A.M. se haya fortalecido en tierras latinoamericanas.
Si bien hay sobradas muestras de la participación de nuestro partido en las decisiones del continente desde la época de los grandes incas, no es menos cierto que el movimiento se hizo fuerte cuando se fusionó la corriente localista y las tendencias europeas que trajeron los inmigrantes de principios del siglo pasado.
Homónimo Segovia fue quien mejor supo conjugar las costumbres sajonas con las americanas, siendo ejemplo suficiente la mención de sus famosas tertulias donde los intelectuales de la época se reunían para discutir sobre el futuro del país mientras tomaban el té de las cinco de la tarde acompañados por sendos choripanes con salsa criolla.
A él se debe la primer recopilación de los textos del Manifiesto del partido, que continuaran las siguientes generaciones.
Nacido en Asturias el 9 de junio de 1894, llegó a nuestras tierras durante los primeros meses de 1918.
Tras un corto deambular por el interior del país donde aprendió a apreciar la idiosincracia del pueblerino, se afincó en Buenos Aires para nunca más partir. Sus motivos para esta decisión fue su gran amor por la milonga porteña, la diputación conseguida en las elecciones generales de 1922 y porque según sus propias palabras "el andar en diligencia me hace doler bastante el culo".
Sus grandes legados son las primeras páginas del Manifiesto, dos pares de zapatos charolados con muy poco uso y buena suela, el cardumen descendiente de una vieja del agua que arrojó un día en el Riachuelo y una guía sencilla para acertar las carreras en el hipódromo.
Homónimo Segovia dejó de existir en 1972 y puso el punto final a una página más en la historia del S.P.A.M.
Hoy, a 114 años del día de su nacimiento, no podemos menos que pedir que honremos la memoria de nuestro ilustre precursor.
Cómo supo decir una vez: "no puede sacarse uno la media sin desabrocharse el zapato".
Hip, hip, ¡hurra!
Hip, hip, ¡hurra!
Hip, hip, ¡hurra!
Comité de la memoria de antes
dependiente de la Subsecretaría de Difusión
dependiente de la Subsecretaría de Difusión
8 comentarios:
Esteee...
¿Si nació en 1894 no estaríamos a 114 años de la fecha de su nacimiento?
Rapote
¿Y yo que dije?
¿Qué dice en el texto?
¡114!
Gracias por la corrección, Rapote.
Esa fusión de costumbres foráneas y adaptación a las criollas me parece un gran logro gastronómico de Homónimo.
Con el tiempo se fue perdiendo y quedaron separadas otra vez.
H. Segovia: otro incomprendido de la historia de la gastronomía argentina.
Rapo, imagine que no es fácil transcribir algo sobre el gran cheboláh Segovia sin que las lágrimas de la emoción obnubilen nuestras pupilas ¡con decirle que en el original había desembarcado antes de nacer!
Apa: El gran Homónimo Segovia (mal afamado "el homo-seg" por sus envidiosos detractores) fue sin ir más lejos quien juntó la polenta italiana con los pajaritos criollos. Realmente habría que volver a la costumbre de mojar el choripán en el té de Sri-Lanka.
"no puede sacarse uno la media sin desabrocharse el zapato".
Cuánta verdad! Que palabras sabias!
Esto me hace acordar a una frase que yo solía utilizar "el problema de tener los dos pies sobre la tierra es que no te podés sacar el pantalón"
jeje...
¿Dónde está la gente como esta?
¿Qué pasó con los prohombres de nuestro país?
Ya no nacen hombres como Homónimo.
Imagino que no debe ser nada fácil esribir sobre un coloso como Segovia, y cometer entonces un error es 100% entendible.
¡Salud Cheboláhs!
Rapote
Con exponentes de semejante providez providencial es difícil no emocionarse.
Gloria, ¡OH! Titán de la Patria, Apóstol del proletariado y Profeta del Capital.
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