lunes, 27 de julio de 2009

Enterrame la hortaliza

(destilado por unServidor)

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Me presento. Soy Mora Ginebra Flores, a cargo del área de agricultura del Partido y futura ministra del área... si no fuera porque otra vez nuestra oposición nos dio masa en las elecciones. Realmente, no sé porqué siempre nos quieren romper todo el programa de gobierno. Nuestro partido es el pueblo: si gana otro en las urnas, donde se supone que votó el pueblo, está claro que hubo fraude. Es indiscutible.
El caso es que no voy a entregar el proyecto así nomás. Lo seguiré defendiendo a cuatro manos, y para esto, siento el deber de compartirlo con ustedes, para que no se pierda. El punto central del mismo, que algunos consideran oscuro, es el siguiente:
La droga mueve millones y millones de dólares, dando ganancia a unos pocos criminales, que la venden a un mundo que no sabe disfrutar sin suicidarse lentamente haciendo chapa-chapa en la cloaca del placer efímero. Nuestro partido propone nacionalizar la producción. En otras palabras: repartir la tierra en lo que yo denomino sovieticooperatibutzs para la siembra y cosecha de coca, cannabis, palitos de la selva y demás vicios adictivos. No habría retenciones, principalmente porque estatizaríamos el comercio. Nuestro país sería productor, pero no consumidor. O sea, si ahora las cosas están mal, hagamos al revés a como eran.
Desde luego, con todo el dinero que entraría podríamos hacer mucho. Después vemos qué. El asunto es que mientras tanto, debemos evitar desperdiciar la mercadería. Esto implica cambiar nuestros vicios por otros que no comprometan nuestra producción ni cuesten dinero. Yo venía pensando en sexo, no sé ustedes. Por lo menos a mí me gustaría. Bastante. Así terminaríamos también con la mafia de la prostitución, pues siempre que alguien quiera ñaca-ñaca, tendrá ñaca-ñaca. Por ende, regularemos el amor libre. Claro que este tema no es tanto para mí, que sólo sé de agricultura, pues tiene más relación con la ganadería. Pero no importa, pues mi campo de acción es el campo y la acción.
Como pueden ver, si nuestro partido no gana, es porque la gente aún no está preparada a tanto. Y después se quieren hacer los revolucionarios el resto... ¡por favor!
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MORA FLORES
(Productora Láctea)

lunes, 13 de julio de 2009

Por un putismo revolucionario

(desinfectado por unServidor)
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El machismo es arcaico, primitivo, troglodita, reaccionario. El macrismo no es muy diferente: apenas si se le borró parte de la cuarta letra. ¡Pero no me cambien de tema! ¿por qué lo hacen, eh? Estábamos hablando del machismo y su condición conservadora. Bueno. Las personas tradicionalistas son machistas. No quieren cambios, y por ende, son antirevolucionarios. Quien no acepta cambios es por ende antirevolucionario y machista.
Lo estamos viendo ahora con el avance de la gripe A, el dengue y demás modas estacionales. Por ejemplo con la colección de otoño-invierno (llamada 'porcina', porque nos hace pensar dos veces antes de hacer chanchadas) se aconseja toser sobre la sangradera del brazo, lavarnos más seguido, respetar al prójimo, etc. Sin embargo, mucha gente siente que dejar de estornudar parado en el colectivo sobre la gente sentada sería como ceder en su hombría. Que sus manos huelan a alcohol sería cosa de putos según ellos, y ni hablar de ponerse un barbijo, cosa que ni siquiera veían viril cuando rasqueteaban paredes. No está mal que se dejen morir en nombre del honor -ese invento de su timidez selectiva- pero ¿tienen que jorobar a los demás? Pero claro: creen que la caballerosidad, educación y buenas costumbres no son cosa de 'macho'.
Por otro lado, los putos se atreven a ir más allá de lo establecido. Se permiten romper el cánon y romperse por Conan. En definitiva, los mariquitas son más valientes. Cuanto más hombre se es, más cobarde se es: por algo no hay “padres de la plaza” ni “padres del dolor”. A los refinados, por ser más educados les dicen putos, y ellos se la bancan a lo macho llorando como Dios manda, y no sobreactuando una martillohammeritud ficticia.
Por todo esto (que hemos deducido lógicamente y con rigor científico, de tal modo que es irrefutable y no permitiremos que se considere materia de discusión nunca nunca nunca), decretamos que la supervivencia de la especie depende del emputecimiento nacional. Sabemos que va a costar mucho, no sólo al heterosexual machista, sino también a las mujeres (hetero u homosexuales) que deberán pasar a ser, no lesbianas sino hombres putos. Pero esto es así en nombre del refinamiento de costumbres que exige la moda de morir, al menos antes de que llegue la temporada primavera-verano, en que hará falta masacrar mosquitos de todas las edades, para lo cual habrá que ser nuevamente trogloditas.
Están avisados. ¡Delicadeza o Muerte!
María José María Gay
Liga de homos de coso

lunes, 6 de julio de 2009

¡Ganamos!

(vociferado por The Bug)

Les queremos agradecer a todos los que nos han votado, a ambos, porque gracias a ellos logramos un triunfo arrollador en las últimas elecciones.
Si bien hemos perdido en la amplia mayoría del territorio nacional, no representa más que un mísero detalle.
En la mesa 2543 de la provincia de Santa Fe, en la escuela Brigadier Terencio Caracho de la localidad de San Sifrido, ganamos.
¿Porqué tiene tanta importancia esa mesa?
Por el valor democrático, por supuesto.
Imagínense, en medio de la inundación en San Sifrido, fue la única mesa que cumplió con los deberes cívicos que la patria nos demanda.
Nuestros dos votantes la encontraron flotando a la deriva a la salida del pueblo y como corresponde a hombres de bien, agarraron y votaron.
O sea, si lo pensamos como un hecho aislado, como una sola mesa, estamos errando el análisis.
Lo que nosotros decimos es que en una parte del país perdimos, pero en otra ganamos.
Y esa es la única verdad que cuenta.