miércoles, 11 de febrero de 2009

No culpes a la noche, no culpes a la playa, no culpes a la lluvia...

(escrito desde la calentura por The Bug)

"La verdadera tragedia es la pobreza, el alud hizo complicar una situación de pobreza estructural", dijo Cristina Fernandez de Kirchner hoy en Tartagal, en referencia a la tragedia que las lluvias y los aludes trajeron a esa zona.
¡Cómo si la pobreza fuera tan imprevisible y fuera de su alcance como las inclemencias de la naturaleza!
¿Es que acaso la tala indiscriminada de los montes y la precariedad socioeconónica de la población son cosas que no están dentro de su entorno de responsabilidades?
Por supuesto, es una buena forma de lavarse las manos con el mismo agua de lluvia que mortifica a los salteños. "Nos cayó un aluvión imprevisto", "nos llovió una pobreza inesperada", bien podrían ser dos caras de la misma excusa del actual gobierno.
¿Es que vamos a volver a creerles?
¿Acaso volverá a deslumbrarnos el mismo maquillaje, las mismas joyas, la falsa e indignante compasión hacia el pueblo?
¿Hasta cuando seguiremos aguantando que mientras el gobierno siga discutiendo proyectos faraónicos como la puesta en funcionamiento de un tren bala se le pase por alto cuestiones estructurales como la pobreza?
Si, tal vez sea un problema de pobreza estructural, como ellos mismos reconocen. Señores y señoras del gobierno: ustedes son la estructura. La pobreza es un asunto suyo, si no la causa al menos la permisividad cómplice. A muchos ya no nos sirve que se conformen con regalar colchones a gente a la que le han impedido tener un piso seco donde apoyarlo.
Dan vergüenza, cúpula (¿cópula?) nacional.
No es verdad que los gobiernos tienen el gobierno que se merecen.
Nadie se merece un mal gobierno.
Pensar eso es casi lo mismo que suponer que al acabar la Segunda Guerra Mundial habría que haber exterminado a todos los alemanes, japoneses e italianos -entre otros- sobre la faz de la Tierra porque habiendo merecido a los gobernantes genocidas de ese momento no podrían ser buena gente.
Tal vez la frase tendría sentido si los votantes contáramos con los mismos recursos -alimentación, educación, ingresos- que quienes nos gobiernan.
Ningún esclavo merece o no a su amo: cada esclavo merece ser libre.
Pensar en la pobreza como algo fuera de control es apenas un mirar para el costado, es desviar la atención de los poderosos. Lo mismo que hablar de la pobreza como quien dice: "hoy está nublado, tal vez mañana salga el sol, quién sabe".
Señora presidente, la crisis social y económica, el desinterés por el ecosistema y la falta de trabajo no llegó desde el cielo como las lluvias torrenciales. No señora.
A lo mejor es para usted conveniente que pensemos eso, para que creamos que de la misma manera la solución debe llegar desde arriba y no por acciones concretas de su gobierno.
Sepan, tengan en claro, que cuando se habla de catástrofes de pobreza, el clima son ustedes.

Las opiniones vertidas en este texto pueden no ser compartidas por los restantes integrantes del partido, son exclusivas opiniones del autor.