(tejido al crochet por The Bug)
Es sabido que el interés por la política está en franco descenso o en el mejor de los casos peleando la promoción.
Un ejemplo más que amplio al respecto es este mismísimo espacio, donde los comentarios están cayendo a un nivel tal que nuestro equipo de asesores está buscando la forma de patentar los contadores de visitas negativos.
Esto no es algo que afecte solamente al s.P.A.M., por supuesto, sino que afecta a todo el partidazgo argentino o internacional.
Los caminos que se han propuesto en la reciente Comisión Latinoamericana de Partidos Políticos, también conocida como Piruchi -debido a que así se conocía al político venezolano que la fundó , además de que las más naturales Co.La.Pa.Po. se prestaban para ser tomadas a la chacota- no han sido muy claros o alentadores.
Una parte de la comisión postuló que debe engañarse al electorado para que vote sin siquiera sospecharlo, como podría ser camuflando máquinas de voto electrónico como kioskos de revelado automático de fotografías. De esta forma, una presidencia podría definirse según la cantidad de personas que elijan un tamaño 10x15 por sobre otros.
Otra parte prefiere que se haga más atractivo el hecho de ir a votar, como podría la simple modificación de los lugares de sufragio habituales. Ellos aseguran que gran parte de quienes no concurren a las urnas lo harían si la mesa que les corresponde se ubicara en el interior de cabarutes, whiskerías y casas de juego, que al fin y al cabo son lugares mucho más afines a la política que escuelas, centros de salud y clubes barriales.
Obviamente ninguna de las partes ha logrado ponerse de acuerdo con la otra.
Este texto no es más que una solicitada y un pedido de paz y tolerancia hacia las partes que enfrentadas por esta polémica están todavía atrincheradas en la sede de la Piruchi y tirándose con munición verbal de gureso calibre, además de sillas, banquetas, zapatos y maceteros con lindos y verdes potus.
Al fin y al cabo nadie prestó atención a la propuesta moderadora de nuestro partido, que era ni más ni menos que la voluntad que unía a las partes: fomentar el voto engañando al electorado prometiéndole a cambio de su voto el franqueo gratuito a sitios como cabarutes y casas de apuesta.
Es sabido que el interés por la política está en franco descenso o en el mejor de los casos peleando la promoción.
Un ejemplo más que amplio al respecto es este mismísimo espacio, donde los comentarios están cayendo a un nivel tal que nuestro equipo de asesores está buscando la forma de patentar los contadores de visitas negativos.
Esto no es algo que afecte solamente al s.P.A.M., por supuesto, sino que afecta a todo el partidazgo argentino o internacional.
Los caminos que se han propuesto en la reciente Comisión Latinoamericana de Partidos Políticos, también conocida como Piruchi -debido a que así se conocía al político venezolano que la fundó , además de que las más naturales Co.La.Pa.Po. se prestaban para ser tomadas a la chacota- no han sido muy claros o alentadores.
Una parte de la comisión postuló que debe engañarse al electorado para que vote sin siquiera sospecharlo, como podría ser camuflando máquinas de voto electrónico como kioskos de revelado automático de fotografías. De esta forma, una presidencia podría definirse según la cantidad de personas que elijan un tamaño 10x15 por sobre otros.
Otra parte prefiere que se haga más atractivo el hecho de ir a votar, como podría la simple modificación de los lugares de sufragio habituales. Ellos aseguran que gran parte de quienes no concurren a las urnas lo harían si la mesa que les corresponde se ubicara en el interior de cabarutes, whiskerías y casas de juego, que al fin y al cabo son lugares mucho más afines a la política que escuelas, centros de salud y clubes barriales.
Obviamente ninguna de las partes ha logrado ponerse de acuerdo con la otra.
Este texto no es más que una solicitada y un pedido de paz y tolerancia hacia las partes que enfrentadas por esta polémica están todavía atrincheradas en la sede de la Piruchi y tirándose con munición verbal de gureso calibre, además de sillas, banquetas, zapatos y maceteros con lindos y verdes potus.
Al fin y al cabo nadie prestó atención a la propuesta moderadora de nuestro partido, que era ni más ni menos que la voluntad que unía a las partes: fomentar el voto engañando al electorado prometiéndole a cambio de su voto el franqueo gratuito a sitios como cabarutes y casas de apuesta.
Amílcar Mimporta
Funcionario en Comisión
Piruchi Latinoamérica
Funcionario en Comisión
Piruchi Latinoamérica
1 comentario:
Y esos se agarraron a sillazos, porque no tenían ganas de elegir una propuesta a través del voto...
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