lunes, 29 de diciembre de 2008

Nuevo calendario

(Manuscrito Recuperado de una cápsula del tiempo por Jorge Mux)

Ninguna revolución prospera si no se cambia de raíz esa cosa absurda que hacemos los humanos, que consiste en ponerle nombre al tiempo. La forma de contar los meses y los días está a todas luces mal. El calendario oficial, por ejemplo, no se condice con el calendario cósmico, y este último no se lleva bien con el tiempo del Líder, el cual a su vez está reñido con el almanaque (El líder quiere sandía en junio, y no hay) Un calendario como la gente no puede tener un mes llamado "Julio" si después no tiene "Jorge", "Fernando", "Pablo" y así hasta agotar la lista de nombres (masculinos, claro: son "meses" no "mesas") Por otra parte, "abril" se usa como nombre de mujer, así que debe ser cambiado por un Roberto o un Raúl, nombres bien de hombre. Tampoco es serio eso de que un día de la semana se llame "miércoles". A su vez, los Incas y los Mayas tenían otros calendarios. En realidad, no es que esas milenarias civilizaciones hayan desaparecido: dado lo especial de su modo de medir el tiempo, viven literalmente en otro continuum espaciotemporal.
Por eso, porque los "cerebritos" que hicieron el calendario le erraron en todo -en todo-, nosotros proponemos algo muy sencillo que va a aliviarle la vida al Líder y, por derrame, al resto del universo. Dado que el líder cumple años el 1 de agosto, podemos medir el tiempo en sistema agostimal. Es decir, el 1 de septiembre sería el 32 de agosto. El día de la primavera caerá el 52 de agosto. Y el 31 de julio, será en realidad el 365 de agosto, y en esa fecha se festejaría año nuevo, de no ser porque ahora cada año vale doble o triple, según si el sol anda cerca de la Tierra o o si se ubica lejos, a media cancha. Si el año resulta foul, vale simple -dos simples, para ser más exactos. Exceptuaríamos de esta duplicidad o triplicidad del año el momento en el que ocurra la revolución chebolah, que según las predicciones del Líder será dentro de noventa años del Nuevo Continuum Espaciotemporal, generado a partir del cambio de calendario y a partir de una serie de distorsiones en parte cuánticas y en parte mentales del líder. Desde luego, "Agosto" dejará de llamarse Agosto para tener el nombre de la vocera del líder: Pura. Es femenino, pero se pueden hacer los "arreglos" pertinentes para que también sea nombre de hombre.

También hay que arreglar el tema ese de los siglos y los años. El tiempo comienza a transcurrir cuando nació el Líder. A partir de ahí, los años no se bautizan con números, sino con sucesos especiales de la vida de nuestro amado Chebolah Número Uno: "El año en que el líder dijo su primera palabra", "El año en que al líder le salieron los dientes", "El año en que al líder lo echaron del jardín por mala conducta".

Las estaciones del año son también algo que debe ser mejorado. Los nombres ya predisponen mal, y tenemos indicios de que la misma naturaleza se ve compelida a actuar de acuerdo a las burdas etiquetas que los malos políticos le han querido dar. "¡Ya comienza el verano!", dice un desaforado ministro de turismo, con la intención de que la gente visite las playas y reserve plazas de hotel. ¡Y, consecuentemente, hace calor!. Por eso, el SPAM propone que siempre sea invierno. La gente está más tranquila; nadie sale a la calle con esos shorts ridículos ni con ojotas. Los sacos y las camperas son coloridos (no como la ropa de verano, que es toda blanca), y tomar chocolate caliente al lado de la estufa es más agradable que chupar un sudoroso helado de agua bajo el sol.

Con respecto a los siglos, lo que hay que cambiar ya es más fácil. Que estemos en el siglo veintiuno es una cosa fea. Nada bueno ocurre con el número veintiuno. No suma dos docenas, es impar, se divide por tres -y tres es discordia- o por siete -y siete es una mala palabra-; veintiún años es todavía la edad del pavo, y veintiún pesos no alcanzan para nada. Además es difícil de multiplicar. Llámemosle Siglo Spam. Y, seamos francos: ¿alguien cree esa patraña de que ya han pasado veintiún siglos desde que se creó el mundo? Eso no se lo tragan ni los niños: todos saben que el mundo fue creado hace un instante por la sabia voluntad del Líder.
Además, los siglos duran demasiado tiempo y las personas tienen derecho a vivir dos o tres cambios de siglo en su vida. Por eso, decretamos que dentro de algunos años -de los nuevos años, no de los viejos- pasará a ser el Siglo de las Luces. Eso sí, para que lleguen los nuevos años deberán pasar unos cuantos años de los viejos.

Por eso el verdadero Chebolah no levanta sus copas el treinta y uno de diciembre. No descansa los domingos ni se desespera por la llegada del otoño. El chebolah espera que puedan desplegarse todas las dialécticas ocultas en el almanaque; sabe que bajo el aparente vaivén de los años, las estaciones y los días, se encuentra el tiempo metafísico de un orden que da orden al cosmos, y no tiene apuro por apurar los días. Aunque todos sean miércoles de miércoles.

4 comentarios:

Jorge Mux dijo...

¿Holaaaa?
¿Nadie hay aquí?
¿O soy el primero de los nuevos tiempos?

unServidor dijo...

Casi, don Jorge. Por algo el Líder quiso este nacimiento ahora.

Y el post es una excelente continuación de aquél otro, que demuestra que nuestro partido no deja nada en el tintero y sigue preocupado por los asuntos trascendentes.
Un dólar, un peso.
Un año, un mes.

Anónimo dijo...

Mientras el proyecto no se afine y apruebe, dice el Líder que les mande un feliz 2009 a toda la chebolada.
Besitos para cada cual y que la pasen lindo.

Jorge Mux dijo...

¿2009 según el calendario actual, o según el nuevo futuro calendario?